Opinión

Eduardo Sanz de Miguel

¿Qué es el ecumenismo?

25 de enero de 2018

El 25 de enero, coincidiendo con la fiesta de la conversión de san Pablo, concluye la semana de oración por la unidad de los cristianos, que  se celebra cada año desde 1908 del 18 al 25 de enero (aunque en algunos países del hemisferio sur, donde coincide con el periodo de vacaciones, lo aplazan a la semana de Pentecostés).

A estos días de oración se adhieren la mayoría de las Iglesias y comunidades cristianas. Un total de 300 denominaciones: católica, ortodoxas, anglicanas, bautistas, luteranas, reformadas, unidas e independientes; todas las que están comprometidas en el camino ecuménico.

El ecumenismo estudia las divisiones históricas al interno del cristianismo y busca la unión de todos los creyentes en Cristo, para que se cumpla su deseo: «Que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos sean también uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado» (Jn 17,21). Es necesario distinguirlo del diálogo interreligioso.

El concilio Vaticano II afirmó que la promoción del ecumenismo era uno de sus principales objetivos y lo definió como un impulso del Espíritu Santo (cf. Unitatis redintegratio, 1 y 4).

Los papas posteriores han repetido que la búsqueda de la unidad entre todos los creyentes en Cristo es un camino irreversible y absolutamente prioritario en la vida de la Iglesia.

El papa Francisco nos recuerda que no hay que confundir unidad con uniformidad: «Jesús no le pide a su Padre que todos sean iguales, idénticos; ya que la unidad no nace ni nacerá de neutralizar o silenciar las diferencias. […] La unidad es una diversidad reconciliada porque no tolera que en su nombre se legitimen las injusticias personales o comunitarias. […] La unidad que nuestros pueblos necesitan reclama que nos escuchemos, pero principalmente que nos reconozcamos […]. Esto nos introduce en el camino de la solidaridad como forma de tejer la unidad, como forma de construir la historia; esa solidaridad que nos lleva a decir: nos necesitamos desde nuestras diferencias para que esta tierra siga siendo bella. Es la única arma que tenemos contra la “deforestación” de la esperanza. Por eso pedimos: Señor, haznos artesanos de unidad». (Homilía, 17-1-2018).

Hay tres campos específicos del trabajo ecuménico. En primer lugar están las relaciones con las antiguas Iglesias orientales y con las Iglesias ortodoxas del primer milenio. En segundo lugar, las relaciones con las comunidades eclesiales surgidas de la Reforma del siglo XVI. Y, por último, la relación con las nuevas comunidades cristianas surgidas a lo largo del siglo XX de los movimientos carismático y pentecostal.

Después de años de trabajo y oración en común, se han logrado importantes acuerdos sobre los principales argumentos cristológicos y eclesiales. Entre todos los acuerdos alcanzados, destaca la Declaracion conjunta sobre la doctrina de la justificación, firmada por la “Federación luterana mundial” y la “Iglesia católica romana” en 1999, por el “Consejo metodista mundial” en 2006 y por la “Comunión mundial de Iglesias reformadas” y por la “Comunión anglicana” en 2017.

Oremos por la reconciliación y la unidad de todos los cristianos, para que todos seamos comprensivos, acogedores y serviciales, tal como Cristo espera de nosotros: Dios de bondad y Padre del cielo, que nos has reconciliado contigo por medio de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor, danos tu Espíritu Santo para que todos los cristianos seamos ministros de reconciliación y ayudemos a sanar las divisiones en nuestras Iglesias, de manera que podamos servirte mejor como instrumentos de tu paz en el mundo. Amén.

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