Mari Patxi Ayerra es la encargada de dar la charla “Acompañar a la familia en la enfermedad”, organizada por la Diócesis de Tarazona con motivo de la Jornada del Enfermo y que este año tienen lugar en Borja y en Calatayud. En la conferencia se dan algunas claves para ayudar a las familias a afrontar la situación.
Ayerra, que trabaja en animación en la Escuela de Cáritas, en centros culturales de barrios y con grupos de adultos, señala que cuando una enfermedad hace acto de presencia en una casa afecta a todos los miembros, “toda la familia enferma, todo se descoloca y las tareas a veces se reparten mal siendo una persona sola la que se hace cargo. Pero si la familia sabe organizarse, movilizarse y buscar apoyo, la enfermedad se puede vivir como una oportunidad para crecer”, afirma Mari Patxi Ayerra, porque todos colaboran de una manera u otra y la situación se lleva de una forma mejor. «No es lo mismo encarar la enfermedad desde la positividad que desde la queja. La queja no sirve para nada, es una expresión inútil que roba la felicidad a nuestro alrededor”, señala Ayerra.
Además, “la enfermedad nos puede enseñar mucho porque siempre nos aporta algo. Descubrirlo nos ayudará a no desfallecer porque todos, mayores, jóvenes o niños, podemos dar algo en estos momentos. Desde contar un cuento al enfermo, cogerle de la mano o, simplemente hacerle compañía”, apunta Ayerra.
Otra de las claves es que tenemos el privilegio de orar y de contar con “la fuerza de Dios para que nos ayude a ser más comprensivos, más tiernos, más alegres”. Como dice Mari Patxi, todos tenemos una parcela espiritual “aunque algunas personas la tienen sin cuidar”. Por ello hay que hablar con el enfermo, que exprese sus miedos, sus dudas y escuchar.
Por último, es fundamental entender que la muerte es inevitable y que, ante ese hecho, es muy importante que nada quede pendiente. Normalmente la comunicación en las familias suele ser superficial así que “comunicarse bien en esos momentos es imprescindible, todos los miembros de la familia deben intentar expresar el cariño que ha quedado pendiente, perdonarse y perdonar y ser agradecido”, concluye Mari Paxi.