El Pelé, fiel a su pueblo y a su fe

Ascen Lardiés
6 de mayo de 2021

“Pidamos al beato Ceferino por nuestras necesidades, que le demos la oportunidad para que haga milagros y pronto le veamos santo ante toda la iglesia.” Con esa exhortación, y el deseo adjunto, concluyó el obispo de Solsona, Xavier Novell y Gomá, la eucaristía en honor al beato El Pelé en la iglesia de san Francisco de Barbastro, parroquia de este mártir del rosario. Fieles, familiares del beato e integrantes de la Pastoral Gitana de Zaragoza, organizadores de la celebración, compartieron la acción de gracias por quien supo “unir en su persona al gitano y al cristiano, fiel a su pueblo y a su fe”, en palabras de su sobrina-nieta, Elena.

El beato Ceferino, afirmó el prelado, responsable de la Pastoral Gitana en España, vivió un “proceso lento de maduración en la vida cristiana y finalmente entregó la vida” como el mosto se extrae de la uva. En su homilía recordó a El Pelé como hombre de parroquia, catequista, ligado a las cofradías, terciario de san Francisco, “de adoración, de anuncio y de caridad. Reunía esas tres dimensiones fundamentales de la vida cristiana. Él encontró las mediaciones para vivir y crecer en la iglesia y estoy seguro que el beato ahora pide al Señor que existan mediaciones para que el pueblo gitano crezca en la Iglesia y de futuro. ”

Las peticiones, en formato audiovisual, llegaron desde Huelva, Pamplona, Córdoba, Burgos, Badajoz, Madrid, Huesca, Lérida, Valladolid, Vitoria y Barbastro. La bandera gitana cubrió el altar como primera de las ofrendas, a la que siguieron una guitarra – la bajañí, símbolo de alegría junto al cante y el baile-, la vara – la ram, símbolo de autoridad y respeto, como el cayado del pastor- , el rosario – como del que no quiso desprenderse El Pelé y le costó la vida-, y el pan y el vino –el jumen y la mol-.

Tras la salve a la Majarí Calí, sonaron y bailaron los tangos de El Pelé, antes de la veneración de la reliquia. Dadas las restricciones impuestas por la pandemia, se optó por exponer la reliquia ante el altar y no en la capilla del beato. Así, los fieles mostraron con una inclinación de cabeza su respeto y devoción por un hombre bueno que puso paz donde había discordia; caridad, donde había necesidad; amor, tolerancia y buenos consejos donde había coraje.

Hacia los 25 años de la beatificación

El 4 de mayo de 1997, el papa Juan Pablo II proclamó beato a El Pelé, fusilado en agosto de 1936 en la tapia del cementerio de Barbastro, con el rosario en la mano. Sus restos, depositados en una fosa común, no pudieron ser identificados. A partir de su beatificación, e  impulsada  por  el  fallecido  sacerdote José María Garanto, se empezó a organizar una Peregrinación internacional del pueblo gitano, suspendida el año pasado y este por la crisis sanitaria. En la iglesia de san Francisco está la primera capilla dedicada al beato, con una talla de Juan de Ávalos. Además, en el vigésimo aniversario de su beatificación, se inauguró en el exterior del Monasterio de El Pueyo una escultura en bronce de Milán rematada con un rosario de piedras del santuario.

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