Hoy vamos a conocer otra de nuestras cinco delegaciones: de las Periferias. Luis A. Giménez, su delegado, nos explica en que va a consistir la acción o acciones diocesanas para este año litúrgico-pastoral: «apoyar a enlázate por la Justicia»
Soy Luis Giménez, desde hace unos meses, el Delegado Episcopal de Periferias. Tengo 37 años, me formé en la Universidad de Zaragoza en Humanidades, y luego en Valencia hice la Licenciatura en Estudios Eclesiásticos, en la actualidad trabajo en el Obispado, soy profesor en el Instituto Vega del Turia y en la Escuela de Artes, y también imparto clases de la DECA a alumnos de Magisterio, todos estos trabajos los convino con otras facetas artísticas y literarias.
Ser la caricia
Es inherente al cristiano, desde el mismo Jesús, la acción caritativa, el estar presente para los demás, en torno a las necesidades que puedan ir teniendo. El Papa Francisco ha ido poniendo de manifiesto la realidad de las periferias, recordar el texto cuando Jesús llora a las puertas de Jerusalén y pronuncia: “Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas”, es una hermosa imagen para definir a esta delegación de periferias, ser cobijo para tantas y tantas personas que sufren algún tipo de exclusión, ya no solamente social (desde la Iglesia en Caritas y Manos Unidas se trabaja en ello) sino muchas más realidades existenciales y espirituales de muchas personas que viven al margen, en las orillas, en las periferias, y creemos que tenemos la obligación y la necesidad de ser respuesta, ser la caricia de Dios hacia los que viven en los “márgenes” y esa es la función de nuestra delegación que nos tenemos que tomar en serio.
Enlázate por la justicia
Reunido nuestro equipo de seis personas (los responsables de Cáritas, Manos Unidas, Pastoral Penitenciaria, Justicia y Paz, Ecología y el Atrio de los Gentiles), hemos querido para este curso pastoral concretar una acción, que va a ser trabajar, fomentar, publicitar y estar todos unidos en las jornadas de “Enlázate por la Justicia”, como una acción concreta. También hemos visto la necesidad de sensibilizar a la Iglesia para ayudar a la Pastoral Penitenciaria y fomentar el voluntariado en el ámbito de la prisión y de ayuda a la gente que vive en esa difícil situación. Estas son las acciones concretas para este año y que es un abrir boca, pero tenemos que seguir profundizando en ese trabajo, llevamos pocos meses con la delegación, pero es el arranque para un compromiso más hondo y de apuesta por estas personas que viven en una realidad más periférica.
Me gustaría despedirme con la imagen del logotipo de la delegación, dos manos que se aproximan, que se acercan, una de ellas está como herida y tiene un corazón, nuestra delegación es eso, ese cuidado amoroso, ser caricia y mediación de Dios para esas personas que viven orilladas socialmente, existencialmente, vitalmente o espiritualmente, el trabajo es mucho pero animo a todos los diocesanos a ser respuesta, ayuda y caricia en sus vidas.
