Opinión

Jesús Moreno

A pie de calle

Alicia y Ann Nu – Ann Nu y Alicia

17 de marzo de 2021

Dos mujeres. Dos cristianas. Dos religiosas. Dos monjas (en lenguaje popular). Dos mujeres ‘coraje’ (Y hay infinidad). Una española; la otra, de Myanmar, birmana. Alicia Vacas es misionera comboniana y, desde hace quince años, coordina toda la labor social de su congregación en Israel, Palestina y Jordania. Una fotografía de Ann Nu Thawng, Misionera de San Francisco Javier, ha dado la vuelta al mundo. En la foto está de rodillas ante soldados que reprimen a tiros a los manifestantes contra el golpe de estado de los militares que tomaron el poder en Myanmar (antes, Birmania) el 1 de febrero alegando que había habido fraude electoral en las últimas elecciones nacionales. La represión violenta y arbitraria continúa con un balance de casi 200 muertos y miles de encarcelados.

Alicia, la misionera española, ha sido galardonada, junto a otras 13 mujeres, con el premio internacional a las “Mujeres Coraje” por el presidente norteamericano Joe Biden. Estos galardones quieren hacer visible la valentía y el liderazgo femenino en proyectos que defienden la paz, la justicia, los Derechos Humanos, la igualdad y el reconocimiento del trabajo femenino y de su compromiso por un mundo más justo, estable, igualitaria, pacífico y libre.

El jurado del premio ha resaltado, entre otros aspectos, la entrega de Alicia para ayudar a personas refugiadas y solicitantes de asilo y su labor durante la primera oleada del coronavirus en Italia para atender a religiosas enfermas. El reconocimiento se detiene en aspectos concretos de la entrega de la hermana Alicia, como no puede ser de otra manera. Aspectos que reflejan toda una vida puesta al servicio de los más necesitados y olvidados.

Alicia Vacas

Coincidencias de los medios: “La monja coraje que ha salvado cien vidas en Myanmar”. Así titula la revista Vida Nueva emulando a los premios ‘Mujeres coraje’. Y otra coincidencia: la acción de la monja y la fotografía son del 8 de marzo. ¿Les suena?

“Y ya que estamos hablando de mujeres, permítaseme el recuerdo de una a la que nadie homenajeará: la Hermana Ann Nu Thawng, que arrodillada ella sola frente a la policía en Myanmar, salvó la vida a más de cien manifestantes. Nadie la aplaudirá porque era monja. Pero es otra manera de luchar contra la violencia machista”. (José I. González-Faus). Sí la han aplaudido, gracias a Dios.

La religiosa se ha convertido en un símbolo de unidad en un país en conmoción por el golpe militar y ha sido ampliamente elogiada en todo el país de mayoría budista.

 la Hermana Ann Nu Thawng arrodillada frente a la policía

«No me levantaré hasta que se vayan», les dijo a los policías. «Les dije ‘si realmente necesitan matar, puedo dar mi vida’ y luego se fueron», contó la hermana. «Había niños atrapados y no sabían a dónde correr, estaban muy asustados». «Entonces los niños se juntaron a mi alrededor, tenían hambre, sed y miedo, y no se atrevieron a irse a casa», agrega la monja.

“Urge reconocer que el protagonismo y liderazgo de las mujeres es vital para las relaciones cercanas, pero también para las relaciones económicas, sociales y políticas. Nuestra sensibilidad, cercanía y afectividad que agudiza nuestra inteligencia nos permite encontrar, pensar e idear nuevas vías de solución.

La fe nos permite ver al otro como hermano, como hermana… Nos interconecta en un todo, nos da sentido de pertenencia a una misma comunidad, lo que nos lleva a vivir una fraternidad universal[1]. La esperanza del mundo, tiene rostro femenino”. Título y conclusión del Manifiesto.


[1] Manifiesto, en el día internacional de la mujer, de la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos a través de su red de mujeres líderes católicas

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