Ayer tuvimos una celebración agridulce en nuestra Catedral de Teruel, don Antonio Gómez, nuestro Obispo, cumplía cuatro años desde su Ordenación Episcopal, los mismos que lleva de prelado en esta diócesis de Teruel y Albarracín. Un motivo para la alegría pero con la tristeza de que será el último aniversario que cumplirá aquí, puesto que el pasado 8 de enero lo nombraron Obispo Coajutor de Almería y en marzo tendrá que marchar a su nueva diócesis.
Acompañado por casi una veintena de sacerdotes que pudieron concelebrar junto a don Antonio, y los fieles que, pese a la pandemia, se quisieron hacer presentes, tuvimos una bonita y sencilla celebración.
En su homilía, don Antonio, quiso dedicar unas palabras de agradecimiento a esta diócesis:
Mi querida comunidad de esta diócesis de Teruel y Albarracín, estoy tan agradecido a vosotros, porque me habéis saca-do del horizonte de un posible letargo, porque he revivido entre los seglares, las comunidades religiosas, nuestro diácono permanente y los sacerdotes, una nueva etapa espiritual que solo, porque pienso en vosotros y confío en vosotros, y eso me mantiene más despierto y más ilusionado. Y, además, vosotros, me habéis hecho recuperar los afectos de la fe. Gracias de todo corazón. ¡Ánimo y adelante!
Y finalizó la Eucaristía emplazándonos a todos a la misa de despedida que se celebrará, en la Catedral de Teruel, el domingo 28 de febrero a las seis de la tarde.
