Conseguir que los niños de primera comunión arraiguen, formen equipo y maduren es un deseo compartido por familias y parroquias. La de Nuestra Señora de Belén (Picarral) parece que ha dado con una fórmula muy atractiva. Se llama proyecto ‘ArcoIris’.
Este proyecto consiste en un itinerario dirigido a niños de 10 a 16 años divididos en siete grupos, tantos como colores tiene el arco iris. La distribución, tal y como nos indica Vicky Chia, una de las responsables de llevar a cabo este proyecto junto al párroco, Javier Arruebo, es la siguiente:
10 y 11 años:
- Primer curso: VIOLETA – PAZ/amistad “Paz a vosotr@s”
- Segundo curso: AÑIL – FE/confianza “Mujer, qué grande es tu FE “ Mat 15, 21-28
12 y 13 años:
- Tercer curso: AZUL – LIBERTAD/valentía “No temáis”
- Cuarto curso: VERDE – ESPERANZA/naturaleza “Mirad las aves del cielo“ Mat 6-26
14, 15 y 16 años:
- Quinto curso: AMARILLO – ALEGRÍA/ilusión “Alegraos…”
- Sexto curso: NARANJA – ESPÍRITU/fuerza “…fuerza que viene de lo alto” Lc 24, 46-53
- Séptimo curso: ROJO – AMOR/pasión por la vida “ …vida en abundancia…“ Jn 10, 1-10
«Al comienzo del color rojo», aclara Vicky, «tiene lugar el sacramento de la confirmación para quienes así lo desean. Un contenido importante es el Credo, adaptado en su lenguaje. Durante este color, cada miembro del grupo realiza un voluntariado como misionero cristiano en un proyecto de la ciudad elegido por él/ella. Este color no permanece durante este curso solamente, se prolonga mientras la persona desea, es el curso de la pasión por la vida».
«Las vivencias desarrolladas en cada grupo pretenden ayudar a vivir una experiencia de crecimiento en la fe a nivel personal y de grupo que da respuesta a la inquietud de preadolescentes, adolescentes y jóvenes así como a sus familias, por disfrutar de una vida plena siendo seguidores de Jesus», explica Vicky Chia.
Sus objetivos, a través de un formato alegre y colorido, están enfocados a formar cristianos coherentes y de alma grande:
- Trabajar la oración personal y reconocer la acción del Espíritu Santo en el día a día.
- Integrar la Palabra como mensaje de salvación.
- Asumir que somos instrumentos del Reino, dar a conocer la Iglesia de Jesús.
- Celebrar con gozo la fraternidad.
Vicky añade que «cada curso viene marcado por una actividad atrayente, intensa e importante y se vive de manera especial un valor necesario necesario de cultivar. Algunas de estas actividades son convivencias de fin de semana, oraciones en tiempos litúrgicos fuertes, representaciones teatrales en centros cívicos, ofrecimiento de actividades hacia el barrio como rastrillos, yincanas, colonias en periodos de vacaciones, CaminaConmigo (recorrido del camino de Santiago desde Roncesvalles), viaje a Taizé, cine de verano, actuaciones musicales en calle, voluntariado en proyectos solidarios de la ciudad, acciones en las redes y en residencia de mayores durante el confinamiento por la pandemia».