El lunes de Pascua de Pentecostés, los ainsetanos tienen por tradición ir en romería a visitar la cercana Virgen de los Palacios, en el inicio de una jornada de devoción, con misa y reparto de torta de la caridad, y fiesta que se alarga hasta la tarde, en la plaza mayor de esta villa. En esta ocasión, las restricciones de la pandemia, que incluyen la suspensión de romerías, han llevado a los sacerdotes del Sobrarbe a agudizar el ingenio y convocar una visita ‘a la inversa’: en lugar de ir desde Aínsa caminando hasta la cercana ermita para ver a la Virgen, que sea la Virgen la que visita Aínsa.
Lo explica Rafael Duarte, arcipreste del Sobrarbe y la Ribagorza y párroco ‘in solidum’ de la unidad pastoral de Aínsa: «Pensamos que, en esta ocasión, la Virgen de los Palacios viniera a vernos. La gente estaba muy contenta y emocionada». Lo demostraron con las ofrendas de flores, en la iglesia de Aínsa, y adaptando los tradicionales gozos que cantan en esta jornada para incluir letras con referencias al coronavirus y sus consecuencias. «En medio de esta situación, dice, es importante acercar a la gente las cosas que ama».
