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Hermanitas, Amparo y Alcort retomarán las visitas de familiares en junio

Ascen Lardiés
27 de mayo de 2020

El Hogar Padre Saturnino López Novoa-Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Barbastro está poniendo en marcha medidas de seguridad suplementarias para retomar, la próxima semana, las visitas de familiares al centro. Aunque desde el pasado lunes, con la entrada en la fase II, se abrió la puerta a estos encuentros bajo unos estrictos protocolos, la dirección del centro, de acuerdo con los trabajadores, decidió posponerlos para desarrollar un plan específico con todas las garantías para residentes, trabajadores y visitantes.

Durante estos meses, a los 98 residentes “lo que más les angustia de todo lo que ha pasado es no poder ver a sus familias, se preguntan por qué no pueden venir, por qué ellos no pueden ir a la calle… Todos son de mucha edad y coinciden en repetir que nunca han vivido nada como esto”, explica la superiora y directora del centro, sor Begoña Bermejo, antes de añadir que alguno ha sufrido crisis de ansiedad. “Las familias les llaman por teléfono, intentamos facilitar las videoconferencias… pero a muchos les cuesta adaptarse a las nuevas tecnologías: les pones la imagen y miran para otro lado.”

Desde que comenzó la pandemia, las seis religiosas de esta comunidad y sus 38 trabajadores han caminado con un solo objetivo: proteger la salud y el bienestar de casi un centenar de mayores que ocupan cuatro pabellones. Dos de ellos, en la segunda y tercera planta, se destinan a residentes asistidos; la primera funciona a modo de centro de día y la utilizan, sobre todo, los ancianos con más movilidad. La directora no cesa de elogiar la entrega de un personal comprometido en la misión de cuidar los cuerpos para salvar las almas. “En justicia tengo que recalcar cómo los trabajadores han estado todos, todos sin excepción, a la altura de la situación”, ofreciéndose a trabajar en periodo vacacional y planteando, por propia iniciativa, el confinamiento con los ancianos. “No llegó a realizarse pero todos están haciendo todo como se debe. Ellos salen y entran cumpliendo las normas con mucho rigor, pensando en cuidarse ellos mismos, a sus familias y a los residentes. Por suerte, no ha habido casos.”

Las religiosas, muy queridas en Barbastro, viven estas semanas con preocupación por trabajadores y ancianos, pero también con satisfacción por el desarrollo de los acontecimientos. “Confiamos en Dios y, añade con una sonrisa, hemos puesto unos porteros que nos están siendo muy efectivos: san José, san Martín de Porres y el padre Saturnino”, fundador en 1873 de la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en Barbastro, con santa Teresa Jornet como fundadora y primera superiora general. Tres estampas, una de cada uno de los ‘porteros’, guardan la entrada principal y se han repartido entre todos los trabajadores.

Casa Amparo de Barbastro y Vivienda tutelada Alcort de Binéfar

En la residencia Casa Amparo de Barbastro han fijado para el lunes, 1 de junio, la apertura del centro a las visitas de familiares. Cumplen todos los requisitos establecidos por el Gobierno de Aragón, pero prefieren esperar un poco más y ser muy cautos para preservar el buen trabajo realizado. Su directora, Paqui Olivares, señala que están estudiando establecer diferentes espacios y turnos para mayor seguridad de los residentes. Con el mismo criterio, la vivienda tutelada Alcort, que gestiona Cáritas en Binéfar, demorará hasta el mes que viene el restablecimiento de los encuentros con familiares.

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