Con el fin de garantizar las necesarias medidas de higiene y seguridad, el Archivo Diocesano de Barbastro-Monzón ofrece desde esta semana un servicio exclusivo de emisión de partidas sacramentales para resolución de trámites administrativos de urgencia. La solicitud de la documentación precisa se hará por correo electrónico, a la dirección [email protected], justificando su finalidad. Los envíos se realizarán por correo postal. En caso de que se precise recoger los documentos en las oficinas del Palacio Episcopal (Plaza Palacio, 1, con entrada por C/ Academia Cerbuna), será imprescindible la petición de cita previa. En una próxima fase de desescalada se podrá atender, con las debidas condiciones, a investigadores y genealogistas.
Este, como subraya su responsable, Margarita Rodríguez de Alisal, es un archivo histórico dedicado a inventariar, conservar, custodiar y poner a disposición para la consulta pública, el patrimonio documental de la diócesis de Barbastro-Monzón. En esa puesta a disposición, destaca la consulta en la sala de los documentos, bien en su formato original o bien en soporte informático de las unidades documentales ya digitalizadas; el servicio para la investigación de la historia local (demografía, política matrimonial, monacal y conventual, desamortización, organización de la diócesis, cultura, educación, economía, religiosidad…), musical, genealógica, historia de la Iglesia…; envío de copias a través de correo electrónico de los documentos digitalizados; y asesoramiento personalizado, en cuanto a la localización de la información.
Los fondos de este archivo son, principalmente, de cuatro tipos. En primero, de la Curia, documentación producida y recibida por los obispos o por la curia episcopal durante el desarrollo de sus funciones institucionales, tanto de pastoral como de gobierno de la diócesis. Si bien el grueso de este fondo comienza en el siglo XVI, se conserva documentación de su primera época como sede episcopal. El segundo, Capitular, que incluye todo lo producido y recibido por el cabildo catedralicio de la diócesis en el desarrollo de sus competencias litúrgicas, de culto y económicas. La documentación medieval está representada por el proceso sobre los Prioratos de Uxue Funes, Larraga y las Abadías de Marcilla y Murillo el Fruto, de Navarra y monasterio de Montearagón, pero la mayor parte de este fondo es posterior a las disposiciones del Concilio de Trento, fecha que coincide con la nueva erección de la sede obispal en 1573. A estos acompañan los fondos Parroquiales, nutridos de documentación producida o recibida por las parroquias pertenecientes a esta diócesis en el desarrollo de su ministerio y de la administración de sus bienes. La anotación sistemática en libros de registro de los sacramentos administrados se comenzó a realizar a partir de las indicaciones recibidas tras el Concilio de Trento (1545). Este patrimonio se completa con la Miscelánea americana del obispo Abad y Lasierra, una recopilación de documentos referentes al gobierno y comercio de las colonias de Ultramar, así como diversos estudios históricos y lingüísticos. Mención aparte merece también la Biblioteca Bardaxí, compendio de informes jurídicos, varias ediciones de los Fueros de Aragón, “Noticias de Ribagorza”…(s. XVI-XVIII). Se trata de un legado familiar compartido con el Archivo Histórico Provincial de Huesca.
El Archivo Diocesano cuenta con un taller de restauración que contribuye a rehabilitar los ejemplares más valiosos, al mismo tiempo que se está haciendo un enorme esfuerzo para digitalizar los libros de registros parroquiales más consultados con el fin de evitar su deterioro. A su conservación, inventario y custodia contribuyeron, a lo largo de la historia reciente, D. Ambrosio Sanz, D. José Lanau y D. Tomás Arcas.