El director del Secretariado diocesano de Pastoral, Rudesindo Delgado, nos recuerda que el próximo domingo, 17 de mayo, la Iglesia española celebra la Pascua del Enfermo.
Este año no se va a poder celebrarla en las parroquias y comunidades como en otras ocasiones debido a la situación en la que nos encontramos. Sin embargo, el delegado diocesano anima a que la Pascua del Enfermo sirva para, entre otras, dar gracias a Dios por «la entrega generosa y sacrificada de los sanitarios, por el servicio de las fuerzas del orden y de los que han trabajado en los servicios esenciales; por la labor de los sacerdotes que han atendido a los enfermos en los hospitales y residencias, y han despedido a los difuntos en la soledad; por el comportamiento de las familias, por la generosidad de tantas personas, colectivos, instituciones que se han sumado de manera altruista y desinteresada a la lucha contra el coronavirus«.
Rudesindo Delgado nos invita a aprovechar esta jornada para «pedir por los enfermos que aún siguen contagiados y por los que lo han superado y se recuperan de las secuelas, encomendar a los que han fallecido solos, sin la compañía de sus seres queridos y acompañar a las familias que han vivido el drama doloroso de la muerte de sus seres queridos sin poder acompañarlos y despedirlos».
También «colaborar con las autoridades para superar la pandemia y sus consecuencias económicas, sociales, emocionales, espirituales, y aprovechar este kairós de Dios para quenuestras comunidades cristiana ssean hogares abiertos y hospital de campaña para los pobres de siempre y las víctimas deesta pandemia».
El responsable de Pastoral de la Salud finaliza su mensaje recordando que el curso que se estaba realizando este año en la diócesis trataba precisamente sobre acompañar en soledad, pero el coronavirus «nos ha llevado a vivirla en el confinamiento y ayudar a otros a vivirla».
