La catedral basílica de Nuestra Señora del Pilar ha acogido este Jueves Santo la misa vespertina de la Cena del Señor, que ha sido presidida por el arzobispo de Zaragoza, D. Vicente Jiménez Zamora, y seguida por miles de fieles de distintas partes del mundo a través de la web 24horasconlavirgendelpilar.es.
La celebración, con la que la Iglesia comienza el Triduo Pascual, es decir, la pasión, muerte y resurrección del Señor, ha conmemorado tres misterios: la institución de la Eucaristía, la institución del Sacerdocio y el mandamiento nuevo del Señor sobre la caridad fraterna. En su homilía, monseñor Vicente Jiménez Zamora ha tenido palabras para cada uno de ellos.
En primer lugar, el Arzobispo ha recordado que «la Iglesia vive de la Eucaristía» y ha invitado «a celebrar y adorar, hasta bien entrada la noche, al Señor que se hace sacrificio, presencia, alimento para nosotros, peregrinos en el tiempo, ofreciéndonos su carne y su sangre».Por otro lado, al abordar la institución del Sacerdocio, D. Vicente Jiménez ha agradecido a Dios «de una manera especial» el regalo de los sacerdotes. «Es un momento para hacer que se perciba cada vez más la importancia del papel y de la misión de los sacerdotes en la Iglesia y en la sociedad contemporánea», ha subrayado.
Asimismo, el prelado ha destacado el servicio de los presbíteros en plena emergencia sanitaria, ya que «se prodigan en su entrega a sus fieles, incluso algunos están enfermos y otros han muerto en el cumplimiento de su misión sacerdotal, son los nuevos mártires de la caridad pastoral». Por ello, ha pedido «orar con intensidad por la fidelidad de los sacerdotes a la vocación recibida y para que el Señor bendiga a nuestra Iglesia particular de Zaragoza con numerosas y santas vocaciones sacerdotales».Por su parte, en relación al mandamiento nuevo del amor fraterno, D. Vicente Jiménez ha explicado que este Jueves Santo «la Iglesia en España hace un llamamiento urgente a colaborar con Cáritas en la campaña #CadaGestoCuenta, ingresando donativos en las cuentas bancarias a favor de Cáritas Diocesana. Seamos generosos. Así se podrá atender a los más vulnerables: personas sin techo y con pocos recursos, a quienes nadie atiende, en estos tiempos de epidemia por el coronavirus».
Sin lavatorio de pies
La ‘Misa vespertina de la Cena del Señor’, una de las más seguidas y emotivas para los fieles católicos, se ha celebrado este año —debido a la pandemia del Covid-19, siguiendo las indicaciones de la Santa Sede— con algunas modificaciones: no se ha realizado el lavatorio de los pies —en Zaragoza, habitualmente este lavatorio lo lleva a cabo el arzobispo a ancianos o a miembros de las cofradías—, ni ha tenido lugar la procesión final hasta la ‘Capilla de la reserva’, conocida popularmente como ‘Monumento’.
Como en el resto de las celebraciones de Semana Santa, el Arzobispo ha estado acompañado por el vicario general, Manuel Almor, por el deán del Cabildo, Joaquín Aguilar, y por los canónigos Ignacio Ruiz y José Ramón Cavada. El director musical de las Catedrales de Zaragoza, José María Berdejo, ha asumido un repertorio con canto gregoriano y canto popular.