José Manuel Vargas: «El capellán es signo de que la Iglesia ni se retira ni se esconde, de que está con los que sufren»

Diócesis de Tarazona
7 de abril de 2020

Estos días estamos conociendo las historias de los capellanes de distintos centros hospitalarios. En la diócesis de Tarazona también hemos querido saber cómo está siendo el trabajo del capellán del Hospital Ernest Lluch de Calatayud, José Manuel Vargas, que sigue al pie del cañón, ofreciendo ayuda y consolando a todo aquel que lo necesite. Estos días está siendo ayudado por los sacerdotes de la Unidad Pastoral de Calatayud, Javier Sanz y Justo Sánchez. Los tres están disponibles y localizables en todo momento para cuando se requieran sus servicios.

A pesar de que el número de ingresados por Covid-19 no es elevado en este centro hospitalario, la situación es igualmente complicada. «La presencia del capellán en estos días es, como en cualquier otro momento, continua y, aun no estando en algunos momentos físicamente allí, estamos totalmente localizables y siempre preparados para poder acudir a cualquier urgencia. Ciertamente en estos días se requiere de nuestra presencia, pero en la mayoría de los casos, no es para atender a enfermos por coronavirus», nos indica. Añade que «si el servicio hay que prestarlo a un paciente de Covid-19, las precauciones que ha de tomar el capellán son las mismas que cualquier otro miembro del personal sanitario que le atienda. No hay, por tanto, ningún impedimento para que el capellán pueda asistir y acompañar al paciente que lo requiriese».

Sobre la complicada situación de los enfermos que han contraído el coronavirus y que deben de estar aislados, José Manuel  Vargas afirma que «lo que más impacta es el encuentro con los familiares, que, sin poder estar con el enfermo, viven la incertidumbre desde la distancia. Y este sufrimiento de las familias  es también lo que más duele al enfermo». Sin embargo, quiere recalcar que  «a pesar de esto, que es inevitable, hay de dejar claro que las familias son constantemente informadas por los médicos, que,  junto al resto del personal sanitario, se están dejando la piel en esta batalla contra el coronavirus».

En estos días que todos estamos viviendo, tan duros, José Manuel Vargas nos cuenta que «el personal médico y sanitario, al encontrarse con nosotros por los pasillos nos piden que intensifiquemos nuestras oraciones» y ha sido en el hospital  donde las estampas que habían preparado con la oración que el Papa se han repartido con más profusión.

El capellán destaca que la presencia de su figura, en este tiempo, en un hospital es, «en primer lugar, un signo de esperanza, el recordatorio continuo de que en Dios tenemos el asidero más seguro para momentos como el que vivimos y, además, es la señal de que la Iglesia no se esconde ni se retira, sino que se mantiene junto a los que sufren y luchan en primera línea de batalla».

Finaliza haciendo un ruego a la Virgen: «Que nuestra Santísima Madre, la Virgen María, Salud de los enfermos y Consoladora de afligidos, nos acompañe a todos con su amorosa y maternal intercesión».

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