Las Capuchinas en Barbastro y las Clarisas de Monzón cosen mascarillas

Ascen Lardiés
23 de marzo de 2020

Las Capuchinas en Barbastro y las Clarisas de Monzón compaginan estos días sus oraciones y tareas habituales con la confección de mascarillas para el Hospital de Barbastro y otras entidades que precisan de este material para evitar el contagio del covid19. En el corazón del barrio del Entremuro de Barbastro, tres españolas y tres jóvenes keniatas conviven en el convento de las Capuchinas, cuya congregación inició el pasado 2 de febrero la celebración de sus 350 años en la ciudad. La superiora, la hermana Florence Stombua, explica como se pusieron a trabajar en cuanto recibieron una llamada del Hospital de Barbastro, donde el vídeo de un grupo de profesionales de enfermería fue el detonante para que muchas manos cogieran aguja e hilo y comenzaran la confección.

En el caso de las Capuchinas, como tantas, con las explicaciones recibidas y el apoyo de los tutoriales de Internet han cosido un centenar de mascarillas y animan a quienes se aburran en casa a ponerse manos a la obra. A todos ellos, y sobre todo a los que este confinamiento se hace cuesta arriba, la hermana Florence les pide que “confíen en Dios que es el Padre bueno que nos ayudará a salir pronto de esta situación. Lo segundo, que piensen que es una cosa que afecta a todo el mundo y hay personas que están peor. También que sepan que lo estamos haciendo por nuestro propio bien y quedando en casa ayudamos a que no siga el contagio y así podremos volver pronto a la normalidad”. Otra hermana añade que “no se angustien sino que piensen en los países más pobres, como en África, que no hay tantos medios para poder curarse”.

En Monzón, nueve religiosas, de las 13 que conforman la comunidad, se reúnen en el taller de costura para dedicarse a la confección de estas máscaras protectoras que cosen y empaquetan de forma individual. El pasado miércoles, 18 de marzo, entregaron medio centenar al Ayuntamiento montisonense que se las había pedido para repartir entre los efectivos de la policía local, asistentes sociales, personal del Juzgado… Pero la demanda no cesa y su costura tampoco: siguen cortando y cosiendo para el consistorio, así como para centros educativos y particulares, entre ellos población sensible al contagio, que han solicitado su ayuda.

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