El pasado día 1 de febrero se celebraron de manera conjunta dos acontecimientos religiosos importantes: la llegada a Barbastro, hace 350 años, de las primeras Hermanas Capuchinas para fundar Convento propio y la Jornada de la Vida Consagrada, que se celebra el día 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor. El lema de este año ha sido: “La Vida Consagrada con María, esperanza de un mundo sufriente”. Con este motivo los religiosos y religiosas presentaron una imagen de la Virgen María, como símbolo propio de su Congregación religiosa, que fue presentado y explicado por representantes de cada uno de los grupos religiosos.
En relación con la fundación en Barbastro de las Hermanas Capuchinas se leyó al comienzo de la celebración un breve texto tomado de de un estudio histórico sobre dicha fundación escrito por Marta Calavera Isanta, del Orden de Vírgenes Consagradas. La Misa, en la iglesia de las Capuchinas y concelebrada por sacerdotes y religiosos, fue presidida por el obispo de la diócesis, don Ángel Pérez Pueyo, que en su homilía explicó el significado valioso y necesario de la vida religiosa y consagrada necesitándose más aún en una sociedad tan secular como la actual que precisa al máximo de signos de Dios que iluminen la vida y sus acontecimientos.
La Coral Barbastrense, dirigida por César Salinas, participó en esta celebración interpretando obras de Haendel, Llorente, Schubert y Viadanna contribuyendo a dar solemnidad a esta fiesta Jubilar y Jornada de Vida Religiosa.
