DOMINGO SEGUNDO DE NAVIDAD: 5 de enero de 2020

Raúl Romero López
30 de diciembre de 2019
DOMINGO SEGUNDO DE NAVIDAD

LECTURAS

Eclo 24, 1-2.8-12. Ef 1,3-6.15-18.

EVANGELIO

Juan 1,1-18

En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios. Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz. El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, | ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

INTRODUCCIÓN

          El prólogo de Juan es una de las páginas más densas y bellas de toda la Biblia. Usa dos palabras que dan vértigo: “En el principio” y “La Palabra se hizo carne”. Este sencillo y humilde pescador de Galilea se atreve a corregir la primera página del libro más sagrado de los judíos. Nos viene a decir que “el principio” no es el que habla Moisés en el Génesis sino que, antes de él, había otro principio. San Juan se remonta como un Águila hacia la altura y descubre a Jesucristo como Palabra del Padre, existente desde siempre.  “Esta Palabra se hizo carne”. Y usa el término SARX que significa debilidad, fragilidad. Ese Dios eterno que habita en una luz inaccesible y que por medio de Él se han creado todas las cosas, se ha encarnado no en una naturaleza pura, como la de Adán antes del pecado, sino en una naturaleza “pecadora”.  Caemos de rodillas y, sin palabras, adoramos en silencio el Misterio de la Encarnación.

LAS TRES FUNCIONES DE LA PALABRA: INFORMAR, COMUNICAR, INTERPELAR.

1.- LA PALABRA COMO INFORMACIÓN.

A través de su Palabra Dios nos ha informado de muchas cosas. Y es muy bueno tener conocimientos sobre Dios. Sobre todo para saber que Dios es el Otro, el distinto, el que está más allá, nos trasciende y nos sobrecoge, es decir, nos coge por sorpresa. Certeras las palabras de Isaías, 55.8-9)” Porque mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos —oráculo del Señor— cuanto dista el cielo de la tierra, | así distan mis caminos de los vuestros, y mis planes de vuestros planes”. Por eso “De Dios sólo puede hablar bien Dios mismo y nadie más” (Pascal) Con todo, no es la información lo que más nos interesa de la palabra.

2.- LA PALABRA COMO COMUNICACIÓN.

Una de las funciones más bellas de la palabra es que nos sirve para comunicarnos. El hombre es un ser social y necesita comunicarse para poder realizarse como persona.  Lo grandioso es que Dios un día rompió su silencio y nos dijo que Él no es un ser solitario, sino que es Familia, Diálogo, Comunión. Éxtasis de amor en una íntima comunión del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Y La Palabra vino a revelarnos esta maravilla. San Juan nos lo dejará plasmado en una bella frase: “DIOS ES AMOR”. AMOR EN COMUNIÓN. Y este Dios-Comunidad es el fundamento de toda comunicación humana, de toda comunión. El Concilio Vaticano II nos habla de la belleza y grandeza de la Palabra en estos términos:” En los libros sagrados, el Padre que está en el cielo, sale amorosamente al encuentro con sus hijos para conversar con ellos”. (D.V. 21).  Tal vez para el hombre de hoy el término PALABRA no exprese el profundo significado que contiene, Por eso algunos prefieren traducir así: “En el principio existía la voluntad (de Dios) de comunicar. Y la filósofa Simone Weil traduce: “En el principio era la relación”. Expresa el inmenso deseo de Dios de venir a nuestro encuentro y relacionarse amorosamente con nosotros.

3.- LA PALABRA COMO INTERPELACIÓN.

La Palabra que sale de Dios no puede retornar vacía. Tiene que cumplir la misión para la que se le envió.

“Como la lluvia y la nieve que descienden del cielo y no vuelven allá sin empapar la tierra, sin fecundarla y hacerla germinar para que dé simiente al sembrador y pan para comer, así la palabra que sale de mi boca no vuelve a mí sin resultado, sin haber hecho lo que yo quería, y haber llevado a cabo su misión” (Is. 55,10-11).

“El que escucha mis palabras y no las pone en práctica se parece a un insensato que ha construido su casa sobre la arena. Cayó la lluvia, soplaron los vientos, se precipitaron sobre ella, y la casa se hundió totalmente” (Mt. 7, 26-27).

Todo el Nuevo Testamento, pero especialmente los Evangelios están escritos para que el que los lee o los escucha se decida por Jesús. Por eso “quien dice que permanece en Él debe vivir como Él vivió” (1Jn. 2,6).

Abrir la Biblia y leerla bien significa: “tender las velas al Espíritu Santo sin saber a qué puerto arribaremos” (San Jerónimo).

Por otra parte, la Palabra en hebreo DABAR, es palabra y obra. Es acontecimiento. El decir de Dios es hacer. “La Palabra se hizo carne”. Se hizo historia, se hizo vida. Por eso la Palabra de Dios sólo la pueden entender aquellos que la practican.

PREGUNTAS

1.- Doy infinitas gracias a Dios por habernos revelado el Misterio de su Amor?

2.- ¿Sé hacer de mi oración un diálogo, una conversación, un encuentro con la persona que más me quiere? Como Moisés, ¿sé hablar con Dios como un amigo habla con su amigo?

3.- ¿Me siento interpelado por Dios para cambiar el rumbo de mi vida? ¿Entiendo que la palabra de Dios no es sólo pan sino también levadura?

ESTE EVANGELIO, EN VERSO, SUENA ASÍ.

Dios es Amor y el amor

se comunica y se explaya
con regalos, con caricias,
con palabras y miradas.

Dios, de manera especial,
nos hizo la mayor «gracia»
al expresarnos su amor

en el Hijo: su Palabra.

Jesús es rostro de Dios,

su imagen, su semejanza.
Jesús y Dios son lo mismo,
como la fuente y el agua.

En Jesús, Dios se vistió

de naturaleza humana:

La Verdad, la Luz, la Vida
vinieron a nuestra casa.

Algunos, los males nacidos,
rechazaron su llegada.
Los que nacieron de Dios
le dieron mejor posada.

Hoy, Jesús, con alegría,

llega a nuestra puerta y llama …
¿Se la dejamos abierta

o la tendremos cerrada?

Jesús, hermano y amigo,

ven, entra en nuestra morada.
En nuestro corazón tienes

una «plaza reservada».

(José Javier Pérez Benedí)

PDF: 5 DE ENERO

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