Monseñor Algora: «Muchos excluidos son acompañados por las delegaciones de Pastoral Obrera»

Iglesia en Aragón
5 de diciembre de 2019

XXV ANIVERSARIO DEL DOCUMENTO ‘LA PASTORAL OBRERA DE TODA LA IGLESIA’ 

“Muchas personas y sus familias, en medio de tanta precariedad y exclusión, se sienten acompañadas por las delegaciones de Pastoral Obrera”

Rosana Pérez y Rufo Mañeru (Delegación episcopal de Pastoral Obrera. Zaragoza). Nos encontramos con don Antonio Algora, en las XXV Jornadas Generales de Pastoral Obrera, en un ambiente festivo, de celebración, pues se cumplen 25 años de la elaboración y aprobación del documento ‘La pastoral obrera de toda la Iglesia (POTI) por parte de la Conferencia Episcopal Española, en la asamblea Plenaria de Noviembre de 1994. Don Antonio es obispo responsable de esta Pastoral y fue obispo de Teruel y Albarracín entre 1985 y 2003.

¿Que resaltaría en estos 25 años del trabajo de las delegaciones de Pastoral Obrera? Después de estos años de trabajo pastoral solo cabe dar gracias a Dios por todo lo que ha hecho con nosotros, en nuestra Iglesia, y por todo lo que hace en nosotros y en nuestros ambientes laborales. Son muchas las personas y sus familias que se sienten acompañadas por vosotros, que se saben vuestros nombres y estilos de vida. Con vuestra presencia, la Iglesia les aporta esperanza y hasta alguna seguridad en medio de tanta precariedad y exclusión que, por desgracia, caracteriza al mundo obrero de esta sociedad que se dice del bienestar. Ha sido posible descubrir y denunciar las trampas del sistema económico-social vigente, gracias a la manera de ser y de vivir los militantes y comunidades cristianas, movimientos apostólicos y parroquias que siguen escapando de lo que engendra corrupción, de la matriz cultural que reduce al ser humano a sujeto de producción y consumo. 

¿Cómo entender mejor el mundo del trabajo? El libro que lleva por título ‘El trabajo humano principio de vida’, y que vio la luz gracias a Alfonso Alcaide, recoge la muy amplia reflexión que hicimos llegando a la raíz de lo que produce ese cambio antropológico y el consiguiente cambio en el modelo social, intento de construir y cambiar a la persona del trabajador únicamente como sujeto que produce y consume, sirviendo a los intereses de los poderosos, beneficios del capital, se dice, que aseguran y fortalecen estructuras sociales, que ponen en vigor leyes, que olvidan con cierta normalidad a las víctimas y las causas que producen los accidentes laborales, las tareas llevadas a cabo, por denunciarlos con la oración en nuestras parroquias y con los gestos en las plazas públicas han sido en estos años incontables. 

¿Y en qué cree que tenemos que insistir y mantener? La insistencia en estos años en poner en el centro de nuestra formación la Doctrina Social de la Iglesia e inspirados por ella, profundizar en la dimensión social y política de la fe, ha sido otro foco de atención con el que iluminar, y seguir trabajando, en los procesos de iniciación y crecimiento de las personas comprometidas con la comunidad eclesial. 

Penas y alegrías, en estos 25 años, en la Iglesia, en el mundo obrero y en sus hermanos obispos. “Hemos hecho lo que teníamos que hacer”, con esta frase evangélica quiero incluir en esta acción de gracias a nuestro Padre Dios, todas las actividades que se han llevado a cabo en nuestras diócesis inspiradas en este estilo adquirido en la práctica pastoral que supone el acompañamiento a la precariedad, dando visibilidad con vuestras acciones a la más que injusta situación del paro, la exclusión y la precariedad misma. Dentro de estas actividades está arraigando en nuestras comunidades diocesanas la campaña ‘Iglesia por el trabajo decente’ que será necesario mantener en el tiempo como instrumento eficaz de denuncia y anuncio de la dignidad de la persona por encima de las supuestas exigencias económico-sociales del mercado o del estado. 

¿Y las penas? Todos nosotros lamentamos las desafecciones, menosprecios, incomprensiones y pegas que en nuestra comunidad eclesial hemos sentido en estos años por parte de obispos, sacerdotes,religiosos y laicos. El poder de seducción del sistema social vigente llueve sobre todos, y ante estas dificultades hemos aprendido a respetar situaciones, innovar procesos y ofrecer generosidad, comprensión y amor fraterno. Dificultades que gracias a Dios se están convirtiendo en pruebas de respeto y consideración aunque más lentamente de lo que pudiéramos desear. Por eso debo terminar incluyendo en nuestra acción de gracias al Señor por estos 25 años de Pastoral Obrera y del Trabajo, el crecimiento experimentado en la Iglesia particular y universal de la conciencia social de los hombre y mujeres de fe y también por parte de muchos de nuestros contemporáneos de la entera sociedad civil, Hoy se puede leer con normalidad estas palabras del documento del conferencia Episcopal ‘La Iglesia servidora de los pobres’.

¿En qué ha repercutido la figura del papa Francisco en la Pastoral Obrera? La figura de Francisco no es una casualidad extraña, ni sus inmediatos predecesores san Juan Pablo II y Benedicto XVI, sino fruto de la acción del Espíritu en la Iglesia que nos anima a todos en esta hora de la evangelización. Así todo nos habla de la necesidad de alimentar en nosotros una activa esperanza fundada en la verdad de nuestras vidas comprometidas. Cierro estas palabras con aquellas del concilio en la ‘Lumen Gentium’. La Iglesia encierra en su propio seno a pecadores, y siendo al mismo tiempo santa y necesitada de purificación avanza continuamente por la senda de la penitencia y de la renovación (LG 8). A por los próximos 25 años y no se os olvide darle de mi parte un besico a la Virgen del Pilar. 

 

Este artículo se ha leído 59 veces.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Compartir
WhatsApp
Email
Facebook
X (Twitter)
LinkedIn

Noticias relacionadas