Esta semana abrimos la cuenta de Twitter del Papa para recordar uno de los pilares básicos de nuestra fe, la solidaridad hacia los más desfavorecidos. Francisco nos llama a actuar de la siguiente manera: “invito a toda la Iglesia a acoger a cuantos nos tienden las manos clamando ayuda”. En la misma línea, el pontífice también publicó: “¿Salimos al encuentro de los demás para llevarles el fuego de la caridad, o nos quedamos encerrados para calentarnos ante nuestra chimenea?”
Como siempre, las palabras de Francisco son mensajes destinados a remover las conciencias de todos los católicos. De nosotros depende que la Iglesia siga siendo un foco de esperanza para quienes luchan por hacerse un hueco en la sociedad. Se lo debemos a Dios, a nuestros hermanos y, también, a nosotros mismos.