Opinión

Alejandro González-Varas Ibáñez

La bandera europea y la Inmaculada

4 de diciembre de 2019

Se trata de otra curiosidad de la Historia (o de la Providencia) que es oportuna recordar en estas fechas. ¿Se habían imaginado que la Bandera europea podía tener alguna relación con la Inmaculada concepción? Probablemente no sea una cuestión que haya sido objeto de mayor reflexión para la mayor parte de las personas, aunque al observador perspicaz la composición de esa bandera tal vez le haya llevado recordar en alguna ocasión este pasaje del Apocalipsis (12,1): “Un gran signo apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”.

En efecto, la bandera tal como la conocemos no es fruto de una casualidad, sino de una idea deliberada de Arsène Heinz, pintor de Estrasburgo que ganó el concurso de propuestas de bandera que convocó el Consejo de Europa. El mismo autor explicó que el eligió el número 12 porque en la Antigüedad significaba la plenitud. Añadió también, y eso es más relevante, que la fuente su de inspiración fue el texto del Apocalipsis antes citado. No debemos olvidar que Heinz era católico practicante y particularmente devoto de la Virgen. Sucede, además, que la sesión solemne de adopción de esta Bandera tuvo lugar, por motivos de agenda de los Jefes de Estado del momento, el 8 de diciembre de 1955. Se trata –casualmente- del día de la Inmaculada Concepción. La bandera la adoptaron como propia años después otras instituciones de la Unión Europea, como fue el caso del Parlamento Europeo en 1983, y desde 1986 la emplean todos los demás organismos de la Unión.

A partir de aquí, se abre el abanico de las interpretaciones. Para unos será casualidad, para otros un dato irrelevante, o también puede verse una suave actuación de la Virgen tras estos hechos. En cualquier caso, consuela pensar que, a pesar de los avatares de la Historia, y de las contingencias de cada momento, el Señor sigue siendo el señor de la Historia y que la Providencia guía nuestros pasos. Aliento y esperanza de caminantes. Por cierto, no olvidemos que la Inmaculada es también Patrona de España. Roguemos que interceda por ella y por todos los que en este momento de la Historia vivimos en esta parte de Europa.

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