El domingo 13 de octubre, tuvo lugar la misa de acción de gracias presidida por el obispo diocesano, Mons. Ángel Pérez, con motivo del XXV aniversario del nuevo templo de San José de Monzón, en una emotiva ceremonia en la que participaron sacerdotes vinculados a la comunidad desde sus inicios y hasta la actualidad: Gerardo Soler (presidente del Cabildo Catedral de Lérida), José Luís Pueyo, Enrique Lanau, Javier Gros, Raúl Rodríguez, los salesianos Juan José Torán y Rufino López, así como los actuales párrocos de la unidad pastoral de Monzón: Ángel Castillo, Joaquín José López Trujillo y José Antonio Castán Ballarín. Además, acompañaron la celebración representantes de la corporación municipal del Ayuntamiento de Monzón con su alcalde, Isaac Claver, a la cabeza y los concejales Salvador Sarrado y Carlos Loncán, así como el presidente de la Junta Coordinadora de Cofradías de Monzón, Antonio Raluy, la presidenta de Cáritas diocesana, Amparo Tierz, y el presidente de Cáritas parroquial de Monzón, Joaquín Raso, las Hermanas de la Caridad de Santa Ana y mucha gente asentada en el Barrio del Palomar y del resto de la ciudad de Monzón.
Durante la homilía el obispo hizo referencia a la labor que estos mediadores hicieron en el Barrio del Palomar y en la comunidad de San José para llevar a cada uno de sus hijos hasta el Señor, el obispo agradeció a toda la gente del barrio, puesta en pie, que vivieron la transformación del barrio cuando únicamente era un inmenso olivar, sin servicios básicos como agua corriente y sin asfalto, fueron ellos quienes con su trabajo hicieron grande este barrio y por ende a toda la ciudad de Monzón, saliendo de sus lugares de nacimiento para buscar una vida mejor para ellos y sus familias. También aludió el obispo al recordado garaje de la calle Huesca en el que se empezó a crear comunidad, cuando no había una iglesia en la que poder celebrar las eucaristías y sirvió como primera capilla. “Dios, que os llamó a vivir en un barrio, os dio la mejor universidad que jamás nadie haya podido tener, el sentimiento de unidad, de fraternidad, de pertenencia y de colaboración”, subrayó y añadió que con esos cuatro grandes valores se construyó el barrio. “Ser de barrio significa descubrir que las dificultades aúnan comunidades, la dificultad hizo una única familia porque sin nada se consiguió todo porque cada uno puso al servicio lo mejor de sí», siguió. Al concluir la homilía el obispo pidió no perder lo más genuino que es lo que se nos había dejado, la fe y entregó a la comunidad una lámpara para colocarla junto al sagrario.
Antes de concluir la celebración, el párroco de la Unidad Pastoral de Monzón, José Antonio Castán, dirigió unas palabras a los presentes donde agradeció a toda la comunidad por su viveza, que la dan las personas que se ocupan de las distintas cosas que hay que atender, siendo ellos quienes sostienen la comunidad y también la hacen crecer, pidió también “seguir remando en la misma dirección porque todos estamos en la misma barca”. Además, desde la distancia quisieron sumarse a la celebración tres personas muy vinculadas a la comunidad: el Obispo de Calahorra- La Calzada- Logroño, Mons. Carlos Escribano Subías, con unas palabras de felicitación a la comunidad y recordando que “Fueron tiempos de esfuerzo y de comunión, de trabajo compartido y de generar comunidad”. Agradeciendo “todo lo que hacéis por la Iglesia de San José de Monzón, por seguir comunicando la Palabra de Dios y su mensaje de Salvación por el barrio”. El Obispo de la Santísima Trinidad en Almaty Kazajstan, Mons. José Luis Mumbiela Sierra, agradeció al Señor todos los bienes y las incesantes alegrías derramadas en ese templo, agradeció también a la gente por ser el origen, el motor y la finalidad de esta iglesia, por su fidelidad y por ser luz de esperanza para el barrio.
Finalmente Antonio Vera, hijo de Monzón, envió su felicitación y su recuerdo cariñoso a la comunidad así como las oraciones de las parroquias de Zaidín, Osso de Cinca y Almudáfar, recordando los años que pasó en esta comunidad, coincidiendo la fecha de la consagración de esta iglesia con su 27 aniversario de ordenación sacerdotal: “Nunca olvidaré todas las atenciones, el afecto y la ayuda que esta comunidad me dispensó desde mi juventud, el acompañamiento y fortalecimiento de mi vocación. Mi sentido de pertenencia a esta comunidad con su especial carisma permanece intacto sintiéndome especialmente unido a ella y al Barrio del Palomar”. Tras la bendición se cantó una jota y todo el que quiso pudo firmar en un libro preparado para ello para recordar esta celebración, tras ello se proyectó un vídeo con la evolución de las obras y se concluyó la jornada con un aperitivo en el Hogar Madre Rafols. La comunidad de San José agradece enormemente a todos los que participaron en esta celebración, que nos anima a continuar con muchas más fuerzas en la acción de servicio.
Noelia Ferris
