Cáritas, el banco de mayor rentabilidad social

Ascen Lardiés
22 de junio de 2019

El 23 de junio la Iglesia celebra la festividad del Corpus Christi, Día de la Caridad, jornada en la que las colectas de las iglesias se destinan a sostener la labor de Cáritas. «Pon en marcha tu compromiso para mejorar el mundo» es el lema de esta cita ante la que el obispo de la diócesis de Barbastro-Monzón, Mons. Ángel Pérez, ha dado las gracias a todos los que colaboran con Cáritas: a voluntarios, trabajadores y equipo de dirección; a todos los que ponen su dinero en Cáritas, «el banco de mayor rentabilidad, que trasciende el tiempo y el espacio»; a los que se han hecho socios o van a hacerse, a quienes en un acto de libertad dejan su herencia, a los que colaboran con cualquiera de los proyectos en marcha, a los que aportan sus sugerencias y a los medios de comunicación, que multiplican el mensaje. El prelado recalcó el legado de la Iglesia en el Alto Aragón, centrándose en el ámbito asistencial y repasando los 282.235,99 euros destinados a acogida y familia, 390.568,86 para infancia y juventud, 140.751,24 para discapacidad, 158.617,92 para el área de mujer, 126.271,38 en la labor con mayores, 381.961,85 en empleo, 99.305, 45 para inmigrantes o 87.757,44 para animación comunitaria.

En la diócesis de Barbastro-Monzón, la acción de Cáritas, con sus 17 delegaciones parroquiales, llegó en 2018 a atender a 4.902 personas en el área de acogida y familia, a realizar 736 ayudas a temporeros, a encontrar trabajo para 183 personas, atender a menores con clases de refuerzo o en su tiempo libre y también a mayores o discapacitados. Son solo algunos trazos y cifras que “no reflejan la ternura, el amor con el que mucha gente está colaborando”, subraya el director de Cáritas diocesana, José Luis Escutia, que habla de “números con corazón” para señalar la importancia no solo de lo que se hace sino de cómo se hace.

Y esa manera de hacer las cosas consigue que, a pesar de la reducción del presupuesto que el año pasado sumó gastos por un total de 1.865.542,73, la atención lejos de decaer aumentó con la puesta en marcha de servicios tan importantes como el de Prevención de Adicciones –con sede en Barbastro- y el de empleo, de la mano de la Agencia de Colocación Barmon, en Monzón, en colaboración con el INAEM. “Eso se consigue gracias al esfuerzo de mucha gente, de los trabajadores de la casa que se multiplican, y el de los voluntarios que participan a muy diferentes niveles”, afirmó Escutia.

Otra de las líneas destacadas del pasado ejercicio fue la disminución del peso que suponen en el global de los ingresos, 1.898.051,24 euros, los fondos públicos (48 %). “Las subvenciones son más a proyectos concretos que a funcionamiento interno; es decir, si mañana desaparecieran las aportaciones del IRPF o de otro tipo, Cáritas seguiría funcionando perfectamente, dimensionada a esos proyectos”, añadió, pero matizó que si las administraciones tuvieran que prestar los servicios que ofrece Cáritas “con la calidad asistencial y humana con que se prestan, el coste estaría muy por encima de lo que percibimos”.

 

 

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