El 20 de junio, jueves, día del Corpus Christi, Cáritas diocesana de Zaragoza celebró el ‘Día de Caridad’. Son muchos los actos que están teniendo lugar estos días en las parroquias, barrios y zonas. Pero como cada año la eucaristía de Caridad es un momento muy especial que este año tuvo lugar en la recién reabierta parroquia de Santa María Magdalena. Cerca de 250 personas se dieron cita en este acontecimiento.
Manuel Almor, vicario general de la archidiócesis, fue el encargado de presidir la eucaristía y pronunciar una bonita homilía donde hizo referencia a la necesidad de «cambiar nuestra mirada» para mirar a los demás «como mira Dios a sus hijos». Por otra parte, también agradeció en no pocas ocasiones la labor de los voluntarios y trabajadores y por supuesto la importancia de los colaboradores, socios y donantes que hacen posible la acción sociocaritativa de Cáritas. Almor llamó a los miembros de Cáritas los «brazos de la Iglesia» para acoger a que lo necesita.
Entre las ofrendas que se ofrecieron en la misa, destacan las llaves, como símbolo de la reapertura del templo, tras 17 años cerrado. Unas zapatillas y bastones como símbolo de compromiso de seguir caminando para mejorar el mundo. Un expediente, símbolo del trabajo que realizan los voluntarios de Cáritas en las acogidas parroquiales. Y por último, el cáliz y patena de madera de olivo, realizado por artesanos de Belén, regalo realizado a la parroquia de parte de Cáritas.
Al finalizar la eucaristía, Ana Martinez, trabajadora de la entidad, compartió unas bonitas palabras con los presentes: «todos nosotros somos como un gran vivero de plantas; todas diferentes y hermosas a la vez. Cada uno por sí mismo tiene valor, pero juntos hacemos algo más grande y bello. Por eso, esperamos que os llevéis este regalo con cariño y que al verlo florecer, os recuerde que nuestro COMPROMISO MEJORA EL MUNDO». Y dicho esto, se hizo entrega de unas pequeñas macetas de flores que los asistentes pudieron llevarse a sus casas como presente.
El acompañamiento musical corrió a cargo del coro parroquial quien realizó su labor de una manera muy tierna y delicada.