Una delegación de veinticinco personas de Taiwán, encabezados por el arzobispo de la diócesis de Kaoshiung, Mons. Peter Liu Cheng chung, visitó el pasado sábado, 15 de junio, la Catedral de Tarazona, donde se encuentra la pila en la que recibió el bautismo Fernando Sainz Morales, sacerdote dominico nacido en Tarazona en 1832 y primer misionero español en China.
La delegación fue recibida por el obispo de Tarazona, Mons. Eusebio Hernández Sola, y el deán de la Catedral, D. José María Cerralbo. Tras los intercambios de regalos -por parte de la diócesis de Tarazona dos cuadros, uno con una copia de la partida de bautismo del misionero turiasonense y otro de la catedral; y un pergamino con el Padrenuestro en chino, escrito por uno de los dos sacerdotes taiwaneses que participaban, y té , por parte de los visitantes- realizaron una visita guiada por la seo turiasonense que iniciaron con un canto tradicional.
El colofón del recorrido fue la llegada al sitio donde se encuentra ubicada la pila bautismal , a los pies del templo. Después escucharon misa en la capilla de San Andrés con gran devoción, respeto y entrega.
El obispo de Tarazona fue invitado por el arzobispo de Kaoshiung a conocer los lugares en los que Fernando Sainz Morales realizó sus labores, concretamente, en la ciudad de Wanchin, donde gracias a él se construyó la Basílica de la Inmaculada.
SEGUNDA VISITA A TARAZONA
Esta es la segunda visita del arzobispo de Kaohsiun, que junto a 40 fieles católicos, realizó una visita a Tarazona en 2009 invitado por el entonces obispo de la diócesis, Mons. Demetrio Fernández, con motivo del 150 aniversario de la evangelización de Taiwán. En aquel momento, se organizaron varios actos entre ellos una conferencia sobre la vida de Fernando Sainz Morales, nacido en Tarazona en 1832, y un concierto polifónico a cargo del Coro de la Basílica de la Inmaculada de Wanchin.
Fernando Sainz Morales llegó a Taiwán en 1859 desde Manila (Filipinas). Sus inicios fueron muy duros pues tuvo que vencer numerosas dificultades al comienzo de su misión, como quedarse solo a los pocos días de su llegada pues su compañero de misión, el padre Bofurull, tuvo que regresar por estar gravemente enfermo.
Además de ser el impulsor de la primera iglesia católica en Taiwán, hoy catedral de Kaoshiung, realizó un amplio trabajo en lo social con la organizacón de la población en núcleos que hoy son importantes poblaciones. Su fluidez en el dialecto local y la fuerza de su espíritu misionero fueron las principales razones por las que consiguió evangelizar a un gran número de personas, convirtiendo a la ciudad de Wanchin en la población más católica del país.
