Opinión

Víctor Vicente

Confianza y fracaso, experiencias claves para el desarrollo

30 de mayo de 2019

Me he interesado en escribir esta publicación a raíz de una lectura del pasado domingo de la revista XL Semanal facilitada con el Heraldo de Aragón. Se trata de un interesante artículo de Danny Fortson sobre las hermanas Wojcicki. La lectura completa se puede realizar en su formato digital aquí.

La madre de estas diligentes mujeres, Esther Wojcicki, explica que los logros conseguidos por sus hijas (Susan, es directora ejecutiva de YouTube. Anne, fundó 23andMe, compañía con un valor en Bolsa de 2600 millones de dólares. Y Janet, profesora en la prestigiosa Universidad de California) son ejemplo para muchas familias de hoy en día. Familias que desean su mismo éxito profesional y social pero, sin embargo, no siguen sus mismos métodos educativos para conseguirlo. Destaca que la sobre protección generalizada sobre los niños les despoja de iniciativa y determinación. Como resultado, los jóvenes viven aterrados por el fracaso y  sin las aptitudes necesarias para salir adelante en el siglo XXI.

«Padres que se desviven para que no sufran el menor inconveniente. Todos se equivocan.» Esther Wojcicki

Al leer el artículo visualizaba las mismas ideas plasmadas en la conducta de muchos padres y madres durante las competiciones deportivas escolares. Ganar como prioridad, responsabilizar de los fracasos a la organización o a los árbitros y siempre centrarse en los resultados deportivos. Criterios que ponen de manifiesto una visión del éxito a muy corto plazo, sin estar sujeto a un desarrollo formativo necesario para los niños y niñas y, lo que más me preocupa, eludiendo la parte de responsabilidad que le corresponde al joven deportista.

El deporte puede ser el mejor escenario para promover las dos experiencias más destacadas por Esther Wojcicki: confianza y fracaso. Por un lado, desarrollar la confianza en sí mismo, comparándose con resultados anteriores, fijándose en áreas de mejora y en posibles necesidades para seguir entrenando. Por otro, es un medio perfecto para fracasar, dado que los niños y niñas tendrán el apoyo y feedback de compañeros y entrenadores para poder ayudarles a mejorar en su proceso de desarrollo.

Como suelo decir, en las competiciones escolares los niños solo deben hacer dos cosas: pasarlo bien y cometer errores. Para pasarlo bien has de tener confianza, no tener miedo ni ansiedad por la competición y exponerte en cada encuentro o competición a un medio nuevo. Y cometer errores es algo ineludible. Todas las personas los cometemos cada día, y todos los deportistas, hasta en el día de su retirada, cometen algún error del que aprender.

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