El pasado 22 de octubre la ACG celebramos la apertura del curso 2017-2018, con una numerosa participación y acompañados por nuestro obispo, don Antonio, nuestros consiliarios, Julio y Héctor Abel, y varios párrocos de la diócesis, así como también dos de nuestros seminaristas, a quienes agradecimos mucho su presencia.
Después de un curso y un verano intenso, en el que se celebró la Asamblea de toda la Acción Católica General en Santiago de Compostela en clave de encuentro de todos los laicos de parroquia, y que fue precedida de la experiencia del camino de Santiago, llega la hora de aterrizar y empezar a andar ese camino personal y comunitario a la vez al que tod@s estamos llamados como discípulos misioneros.
Tras orar cantando y bailando el himno del camino y de la Asamblea, las personas de nuestra diócesis que estuvieron presentes compartieron su inolvidable experiencia, y pasamos a ver los objetivos marcados para el próximo cuatrienio, que tienen un hilo conductor: la misión, el anuncio gozoso y comprometido que estamos llamados a realizar desde una verdadera experiencia de encuentro con Jesús que sea trasformadora.
Animados por estos objetivos se fue marcando la agenda de las actividades a realizar este curso; se informó de la situación de los distintos sectores: infancia, jóvenes, adultos, del proyecto de rural y de la economía, para pasar después con un talante festivo a celebrar la Eucaristía, renovando nuestra unión con Jesús y la comunidad. Estuvo presidida por don Antonio, que nos recordó que la Acción Católica nace de la propia Iglesia y debe ser el motor de la parroquia. También nos animó a ser creativos y a preguntarnos qué es lo que necesitan hoy nuestras comunidades parroquiales, dándonos las tres claves para este camino que tenemos que hacer nosotros, cada uno y en comunidad: la actividad de la fe, el esfuerzo de nuestro amor y el aguante, el tesón de la esperanza.
Terminamos alargando la mesa compartida con una sencilla merienda que estrechó nuestros lazos de compañerismo y fraternidad, y nos fuimos con la mochila bien pertrechada para hacer camino.