Las diócesis de Aragón lanzan la campaña ‘Minutos de esperanza’

Iglesia en Aragón
27 de noviembre de 2018

Pastoral Penitenciaria presenta por tercer año consecutivo una campaña para que todos los reclusos de Teruel, Zuera y Daroca puedan contactar con sus familiares en Navidad. El reto es reunir 2.000 tarjetas antes del 20 de diciembre.

Que ningún preso de Aragón se quede sin felicitar la Navidad a sus seres queridos. Ese es el objetivo de la campaña ‘Minutos de esperanza’, a través de la cual Pastoral Penitenciaria ofrece un testimonio de amor y perdón a los “descartados de la sociedad”. El objetivo es reunir 2.000 tarjetas telefónicas, con cinco euros de saldo cada una, que serán repartidas en los centros penitenciarios de Teruel, Zuera y Daroca.

Isabel Escartín y el obispo D. Ángel Pérez, convencidos de llegar a las 2.000 tarjetas.

“Es una oportunidad para hacerles entender que no todo está perdido. Les predisponemos a pedir perdón a las víctimas y a restituir los posibles daños ocasionados”, destaca el obispo D. Ángel Pérez Pueyo, coordinador de la iniciativa, quien agradece el servicio gratuito de voluntarios y donantes: “Estamos ayudando a cientos de reclusos a recobrar su dignidad como hijos de Dios. No hay nada tan gratificante como regalar esperanza”.

Las tarjetas telefónicas son muy codiciadas por los internos, ya que, como explica uno de los beneficiarios de la campaña de 2017, “sin tarjeta no hay llamadas a la familia, ni al abogado, ni a quien te pueda solventar algún problema en un momento determinado… Es tu conexión con el mundo. Parece mentira, pero después de la libertad, tal vez sea el mejor regalo que podemos hacer a un preso”.

Un gesto transformador

Las personas interesadas en colaborar pueden hacer su donativo, antes del 20 de diciembre, en el siguiente número de cuenta: 2085-0138-38-0330342277. Con el dinero recaudado (la meta es alcanzar los 10.000 euros), Pastoral Penitenciaria adquirirá las tarjetas.

El director de OFICIA, José María Albalad, durante la presentación de la campaña.

“Al desaparecer las cabinas telefónicas de las calles, la gente ya no puede comprar las recargas, de ahí que canalicemos las ayudas a través del ingreso o la transferencia bancaria”, explica la delegada de Pastoral Penitenciaria en Zaragoza, Isabel Escartín, al tiempo que subraya el “gesto transformador de muchas pequeñas aportaciones”.

Declaraciones (podcast) de Isabel Escartín y D. Ángel Pérez, respectivamente: 

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