Quique Mur (Zaragoza, 1967). Laico, casado con Laura, una cursillista de pro. Aunque es más conocido por ser bombero, lo que más destaca en él es su vivencia de la identidad cristiana en todos los ambientes. Presidente de este movimiento de primer anuncio desde junio, pertenece a él desde el año 2000. También es alpinista semiprofesional. Lo suyo es escalar.
Cursillos de Cristiandad, ¿lo peor es el nombre? El nombre puede tener reminiscencias que se entiendan incorrectamente, pero contiene toda la riqueza de nuestro movimiento. Es cierto que en el paradigma de evangelización actual el ideal social de ‘cristiandad’ ha sido removido por otras concreciones, pero nuestro movimiento sigue promoviendo la cristiandad interior, el cristianismo total.
Y lo mejor, ¿qué es? Creo que Benedicto XVI lo expresó literalmente en el primer párrafo de su encíclica Deus Caritas Est: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”. A eso nos dedicamos en Cursillos, a propiciar directamente ese encuentro con Jesucristo, que es primer anuncio y renovación continua.
¿Primer anuncio, en la ‘era neopagana’? Nuestra sociedad ha vivido y está viviendo un tsunami materialista, producido en gran parte por algo bueno, el éxito de nuestras sociedades en la búsqueda de su desarrollo. Por otra parte, las grandes preguntas que han acompañado al ser humano desde siempre permanecen ahí: ¿quién soy yo?, ¿qué hago aquí?, ¿qué es esto?, ¿qué hay al otro lado de la vida? Ciertamente, están sumergidas bajo esta ola posmoderna que nos envuelve en el día a día. Nosotros intentamos que las frustraciones que produce no responder a estas preguntas sean sanadas por el encuentro con el Evangelio.
¿Pero también renovación? Los que nos consideramos cristianos de toda la vida cometeríamos un grave error si pensáramos que no es necesario renovar diariamente este encuentro con Jesucristo. De la misma manera que en el matrimonio y en las relaciones personales hay que renovar el amor diariamente o se nos marchita, nuestra relación con el Señor nos reclama el encuentro diario. Y quizá, en ocasiones, un encuentro extraordinario de un fin de semana.
¿Qué papel ocupa la Iglesia en un Cursillo? Somos Iglesia. No solo es que estemos dentro de la Iglesia, es que somos la propia Iglesia actuando como ese hospital de campaña del que habla Francisco, en medio de la batalla diaria del mundo. Nosotros participamos activamente de las intenciones pastorales de nuestro obispo, imbuyéndonos del Plan Pastoral, tanto en su preparación, como en su desarrollo. La Iglesia diocesana es el lugar en el que Cristo nos ha salido al encuentro.
¿Cuáles son los desafíos que presenta Aragón para Cursillos? Nuestras sociedades tienden a concentrar la población en los grandes núcleos urbanos, pero la Iglesia sigue siendo un elemento muy importante de vertebración en el territorio. El Evangelio nunca se quedó quieto en un punto, siempre fue hasta los confines de la tierra sin importarle que no hubiese mucha gente, no le importa el criterio demográfico. Y los hijos predilectos del Evangelio también son aquellos que se quedan en pueblos pequeños, al margen de los intereses prioritarios de nuestra sociedad. Cursillos trabaja también en grupos interdiocesanos, intentando abarcar todas esas realidades por muy lejanas que estén.
¿Y eso cómo se hace? En este momento de máxima secularización, es más importante que nunca la revitalización de vínculos eclesiales más amplios de los tradicionales. Hay que ir a los arciprestazgos, hay que ir a las vicarías, a los encuentros diocesanos e interdiocesanos. Además, está demostrado que es divertido y sale bien.
Quiero ir a Cursillos. En el puente de la Inmaculada tienes la oportunidad más cercana. Clima de amistad y alegría, pudiendo hablar de todo abiertamente y compartiendo todas tus experiencias. Proponemos ese encuentro del que he hablado con Jesucristo. Un encuentro transformador, vivificador, sanador y esperanzador. En definitiva, un encuentro con la Buena Noticia que sigue viva hoy.
[divider]Próximos cursillos[/divider]
6 al 9 de diciembre de 2018
8 al 10 de marzo de 2019
[divider]Información e inscripciones[/divider]
645 92 96 00